Durante estos últimos 10 años para los diferentes actos eleccionarios tanto el oficialismo actual como la oposición utilizaron todas las herramientas fiscales y monetarias para que el valor de la inflación se contuviese en el camino previo a las elecciones, pero se generaron las condiciones para acumular una inflación más elevada en los 6 meses posteriores.
Durante estos últimos 10 años para los diferentes actos eleccionarios tanto el oficialismo actual como la oposición utilizaron todas las herramientas fiscales y monetarias para que el valor de la inflación se contuviese en el camino previo a las elecciones, pero se generaron las condiciones para acumular una inflación más elevada en los 6 meses posteriores. Los números de inflación de Septiembre han marcado una evolución muy grande y los de octubre estarían en esa misma tendencia. Parecería muy poco premio el que el propio gobierno está obteniendo para tanta represión de precios en la economía. Esto estará dejando como saldo una inflación mucho más elevada en 2022
Para el caso del Tipo de Cambio Oficial y Paralelo si tomamos la cotización a Noviembre para cada una de las elecciones y lo contrastamos con su precio a los 6 meses posteriores a cada una de las elecciones observamos que si nos remontamos a las elecciones presidenciales del 2011, las legislativas del 2013, presidenciales del 2015 y legislativas del 2017, todas estas tienen un denominador común pre elecciones, en donde los valores del dólar se encuentran relativamente bajos en comparación de los seis meses siguientes donde este mismo valor se dispara, esto se debe a una serie de medidas expansivas fiscales que se van gestando antes de las elecciones, y cerca de las mismas se usaba como herramienta distintos controles que contenían al tipo de cambio para mostrar cierta pax cambiaria, pero al finalizar ese período su valor retoma la senda alcista.
En las últimas elecciones presidenciales del 2019 tanto el dólar oficial como el paralelo en noviembre de 19 se encontraban en torno a los $60, para seis meses después este valor saltó tocando un máximo histórico, el oficial llegó a $70, mientras que el paralelo alcanzo los $126 (devaluándose así el peso un +38%); la razón fue porque el gobierno tenía inconsistencias fiscales y monetarias, las cuales se agravaron con el pasar de los meses que concluyó en el aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil, congelamiento de combustibles, bonos a empleados públicos, trabajadores informales y desempleados, subsidios sociales y créditos a los monotributistas entre otros.
En el coloquio IDEA Martín Guzmán descartó un salto brusco del dólar después de las elecciones. Sin embargo, frente a una inflación interanual del 52,5% el peso se devaluó frente al dólar en el mismo período apenas un 26%. Estos retrasos tienden a corregirse en forma posterior a las elecciones. Por otra parte, a diferencia de otras elecciones hoy la brecha es récord en un 85%, el acceso al mercado cambiario cada vez más restringido, las reservas líquidas escasas y con una situación inédita de un impuesto PAIS del 30% y una percepción de impuesto a las ganancias del 35% para solo acceder a u$s200 mensuales. Parecería que el costo del CEPO muestra a la luz que está siendo muy alto, las ganancias muy pocas y el retraso del tipo de cambio real también.
A pesar del esfuerzo por sostener el tipo de cambio oficial no se ha logrado contener los precios mayoristas que siguen creciendo al 59,1% interanual. Esa situación deja un colchón inflacionario para los precios minoristas para los próximos meses. Por su parte, las restricciones para acceder al Mercado Único y Libre de Cambios por parte de los importadoras tampoco es una buena noticia por qué la falta de insumos y materias primas elevan los precios de la oferta disponible por parte de las empresas antes de liquidar su stock o directamente dejan líneas de producción paradas sin poder realizar la entrega de los bienes finales terminados aumentando los precios de los únicos disponibles en los comercios.
En el medio de esta odisea preeleccionaria el congelamiento y control de precios ataca los efectos de la inflación y no sus causas. Los programas de Precios Cuidados tienen muy buen porcentaje de cumplimiento del 97,4% en las grandes superficies comerciales. Sin embargo, el programa Super Cerca en Autoservicios su cumplimiento es de solo 15,4% del total. Muy bajo.
Con este congelamiento de precios el Gobierno asume que podrá realizar una tarea titánica. En Autoservicios y pequeños comercios el Gobierno deberá verificar en forma diaria unos 35000 puntos de venta. Equivale a controlar en forma diaria 50.120.000 productos y precios. Parecería ser que es más fácil que controle su gasto público, déficit fiscal y emisión monetaria. Sin embargo, en todos los años eleccionarios todos los gobiernos es lo que buscan expandir con el sueño de ganar las elecciones.

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Fuente: BCRA / Focus Market – Scanntech / Ámbito