La iniciativa del Presidente Menem de creación de los Cascos Blancos, aprobada por la Organización de las Naciones Unidas, cumplió y cumple un rol muy relevante en la cooperación humanitaria internacional.
Esta iniciativa, junto a la muy activa participación en las misiones de paz de Cascos Azules y al ingreso de nuestro país a G20, el más relevante grupo global de países, conforman acciones de inserción de Argentina en el mundo sin precedentes hasta la fecha. Un destacado éxito del Presidente Menem.
En 1994, el gobierno argentino tomó la iniciativa de organizar una Comisión de Lucha Contra el Hambre y la Pobreza, destinada a promover la participación de nuestro país en misiones humanitarias en todo el mundo. En el marco de la política de reinserción internacional de Argentina, ya con plena participación en las misiones de Cascos Azules por parte de argentinos integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad y como un modo de participar en la agenda mundial de temas críticos, el Presidente Menem puso en marcha esta iniciativa, que fue recibida con grandes aplausos por los lideres mundiales y la por la ONU, con explícito apoyo de sus Secretarios Generales, Boutros Ghali y luego Kofi Annan.
Los Cascos Blancos, que a la fecha ya participaron en 700 misiones en el mundo, en más de 73 países y en los 5 continentes, lograron atraer a voluntarios de todas las profesiones con gran deseo de hacer aportes en catástrofes, postguerras, hambrunas, guerras civiles y otras situaciones críticas.
El Presidente Menem recibe al Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan en el salón Blanco de la casa Rosada.
El perfil de los Cascos Blancos
La tarea de organización y puesta en ejecución de esta organización estuvo a cargo del embajador Octavio Frigerio, quien la llevó adelante junto a un muy pequeño y eficaz equipo con el objeto de ocupar un lugar en el marco de las organizaciones que trabajaban en temas humanitarios.
Las organizaciones como las Naciones Unidas, La OEA y otros organismos multilaterales prestaron apoyo como complemento necesario para las tareas de cooperación y ayuda en situaciones extremas.
El Embajador Frigerio fue invitado a hablar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas a fin de exponer esta iniciativa y fue recibido por el Secretario General de la ONU, Boutros Ghali, junto a su equipo.
Los voluntarios integrantes de Cascos Blancos fueron arquitectos, ingenieros, enfermeros, agrónomos, entrenadores deportivos, etc.
La tarea internacional
Apenas creados, los Cascos Blancos tuvieron un gran despliegue mundial, llegando a cumplir peligrosas misiones en Armenia, Kosovo, Timor Oriental, Palestina, Mozambique, Ruanda, Guinea Ecuatorial, Haití y otra treintena de países de los 5 continentes.
El primer paso institucional lo dio la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en diciembre de 1994 aprobó por resolución la iniciativa de Argentina, con el apoyo unánime de 182 países, el copatrocinio de 69 países y el voto de los 5 países miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Fue un hecho histórico para nuestro país que una idea nacida y creada en Argentina lograra semejante respaldo. Mas allá de que el rol se lo ganarían en la acción concreta en todas las misiones, logrando un increíble triunfo diplomático y político.
Secretario General de la ONU Boutros Ghali con el Embajador Octavio Frigerio, Secretario de Estado para Cascos Blancos, y su equipo, en Nueva York.
El decisivo apoyo del Presidente Clinton a los Cascos Blancos ante la ONU
Ante el máximo organismo internacional, el presidente Clinton brindó un claro y sólido apoyo a la iniciativa argentina. El 26 de Septiembre de 1994, durante el 49° Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el Presidente Clinton expresó: “También debemos comprometernos a que la reforma de la ONU siga avanzando, de modo que hagamos más con menos. Y debemos mejorar nuestra capacidad para responder a necesidades urgentes. Permítaseme sugerir que es hora de que los miembros de esta Asamblea consideren seriamente la sugerencia del Presidente Menem de crear una capacidad civil de respuesta rápida a las crisis humanitarias. Y no perdamos de vista el papel especial que pueden desempeñar el desarrollo y la democracia en la prevención de conflictos, una vez establecida la paz”.
Cascos Blancos en acción
Rápidamente, y con el respaldo inicial del presupuesto argentino, al que se sumaron fondos de donaciones de otros países, los Cascos Blancos argentinos comenzaron a ganarse su lugar en las arriesgadas misiones. Ya con el respaldo de la ONU y sumando a voluntarios de otras nacionalidades, esta organización empezó a tomar un carácter típicamente internacional.
El 9 de junio de 1995, el Secretario General de la ONU, Boutros Ghali, el Secretario General de la OEA, Cesar Gaviria, y los presidentes de Argentina, Carlos Menem, de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy y de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Losada, presidieron un evento virtual de puesta en marcha de un proyecto de Cascos Blancos en la pequeña localidad salteña de Santa Victoria Este, lindante con la frontera entre Paraguay y de Bolivia. El Secretario Boutros Ghali, luego de darles la bienvenida a los presidentes y funcionaros internacionales, afirmó que “estamos celebrando la iniciativa de los Cascos Blancos, una iniciativa muy importante porque estamos prestando demasiada importancia a las operaciones de mantenimiento de la paz y no suficiente atención al desarrollo económico. Por lo tanto, los Cascos Blancos están contribuyendo al desarrollo económico de todos los estados miembros”. Por su parte, el Presidente Menem, luego de saludar a Boutros Ghali y sus acompañantes y de anunciar el inicio de la acción de Cascos Blancos en esa zona de frontera, señaló: “con posterioridad iremos por todas las partes del mundo donde sean requeridos los servicios de esta ONG; son hombres y mujeres profesionales, trabajadores que saben muy bien que cuando lamentablemente llega el hambre y no hay soluciones, empiezan a funcionar los fusiles”.
Los Presidentes Carlos Menem, Juan Carlos Wasmosy de Paraguay y Gonzalo Sánchez de Losada de Bolivia.
La arriesgada misión en Angola de desminado humanitario post guerra civil
La guerra civil angoleña, iniciada en 1975 y enmarcada dentro del enfrentamiento de la guerra fría, permitió la introducción de millones de minas terrestres en su territorio.
Los acuerdos de pacificación de Angola de Lusaka trajeron paz en 1995, pero en el país se hallaban dispersas millones de minas terrestres pertenecientes a una gran variedad de modelos y originarias de numerosos países. De esta manera, la vida de la población civil y el funcionamiento de la economía angoleña se veían gravemente afectados.
Los Cascos Blancos enviaron, a pedido de las Naciones Unidas, una misión para tareas de desminado en Angola durante 1997-1998. La misma estuvo integrada por 12 voluntarios asignados por las fuerzas armadas de Argentina con el objeto de asesorar a las brigadas angoleñas que trabajaban en el desminado, grave flagelo de toda post guerra. Las minas antipersonales se habían cobrado más de 70.000 víctimas mutiladas o fallecidas. La misión de Cascos Blancos llegó a la zona de Malangue, en ese país, para verificar las tareas que se llevaban adelante en las distintas bases, y sus integrantes desempeñaron funciones de jefes, asesores y supervisores de instrucción en desminado e identificación, delimitación y limpieza de minas terrestres. La problemática de Angola, además del desminado, se centraba en las enfermedades tropicales, la ausencia de agua potable, una enorme mortalidad infantil y terribles problemas de desnutrición. Las Naciones Unidas valoraron esta tarea de capacitación a las brigadas para realizar estas tareas. A partir de esa experiencia surgió el pedido de la ONU de enviar a Timor Oriental, otro país con graves conflictos, Cascos Azules y Cascos Blancos de Argentina.
Yasser Arafat recibe al Embajador Octavio Frigerio en Ramallah, en la oficina «La Mukata» de la Autonomía Palestina.
Entrega de teléfono móvil satelital Iridium gratuito al equipo de arquitectos y veterinarios de Cascos Blancos en Palestina, por parte de German Kammerath y del Embajador Vicente Espeche Gil.
Cascos Blancos en la peligrosa misión de Timor Oriental
El gobierno argentino decidió el envío de una misión de Cascos Blancos a Timor Oriental, una región que vivía un cruento enfrentamiento con Indonesia por el reconocimiento de su independencia.
Fue una larga guerra civil muy peligrosa, en la que el representante de Cascos Blancos Juan Bautista Beltramino, acompañado por 10 miembros de nuestra gendarmería nacional, realizaron tareas muy relevantes para el apoyo de los timorenses orientales que estaban asediados por sus enemigos.
Este conflicto, nacido de la disputa entre Portugal e Indonesia, que luego continuó con el deseo de los timorenses de su reconocimiento, tuvo un espiral de violencia el 30 de agosto de 1990. La isla de Timor tenía 1.000.000 de habitantes, población que se encontraba en medio de la guerra civil.
Las Naciones Unidas, con el apoyo de los Cascos Blancos, realizó una consulta popular (8 de agosto de 1999) en la que el 90 % de la población se manifestó por la independencia. Timor Occidental seguía siendo parte de Indonesia.
Esta guerra civil ya había costado más de 100.000 muertos en los bandos en pugna. La presencia de Cascos Azules allí estaba integrada por tropas de Australia y Nueva Zelanda.
La misión en Palestina
Como ya relatamos en la nota “Menem como actor relevante en la paz de Medio Oriente” (https://www.diario26.com/303769–menem-como-actor-relevante-en-la-paz-de-medio-oriente ), Cascos Blancos llevó adelante una tarea encomiable en Palestina, en especial en Gaza y en Ramallah, aunque incluyo también otras importantes ciudades palestinas como Nablus, Belén y Jericó. A la tarea de los veterinarios para controlar los brotes de brucelosis, se sumó la de los arquitectos para apoyar la tarea de diseño urbano, la de los expertos de tecnología y telecomunicaciones y la de los entrenadores deportivos.
El Embajador Octavio Frigerio, Secretario de Estado a cargo de Cascos Blancos en al gabinete del Presidente Menem, había sido recibido por Yasser Arafat en Ramallah para efectuar un seguimiento de la tarea llevada adelante por Cascos Blancos. Como ya dijimos, en Palestina realizaron una muy prolífica tarea; en una segunda etapa, apoyaron a las autoridades a ordenar el asentamiento de refugiados y personas desplazadas en su territorio, apoyando el fortalecimiento institucional de ONGs enfocadas en la educación de los niños palestinos. También colaboraron con las tareas de la «Media Luna Roja», que es la Cruz Roja de la zona árabe.
Tapa Diario Clarín: la que la ONU anuncia la aprobación de la iniciativa Cascos Blancos.
El aporte de la Secretaría de Comunicaciones a la misión en Palestina
En un viaje a Palestina, en mayo de 1999, con motivo de la inauguración de los centros populares de Internet, me encontré en Ramallah con integrantes de la misión de Cascos Blancos. Junto al embajador argentino en Israel, Vicente Espeche Gil, les entregamos un teléfono móvil satelital de Iridium, de uso gratuito, para que los integrantes de la misión estuvieran conectados con sus familias de modo directo. Mas allá de la pasión que ellos ponían a su tarea, las condiciones de vida eran complicadas. Departimos con ellos sobre sus experiencias en Palestina, el trato tan cercano y amigable de Arafat y su gabinete para con ellos y la gran gratitud que percibían por parte del pueblo palestino.
Ya se habían entregado a otras misiones de Cascos Blancos en Angola, Ruanda, Líbano y Surinam teléfonos móviles satelitales, con el mismo propósito.
Misiones complejas: Líbano, los Balcanes y Ruanda
Para dimensionar la complejidad de la tarea de esta organización de origen argentino que se convertiría en una organización plurinacional con el aval de la ONU, mencionaremos algunas de las muchas tareas, como las efectuadas en la zona de los Balcanes, complementando la tarea de Cascos Azules, y en Ruanda. En ambos países apoyaron a las comunidades a construir viviendas de bajo costo y las asistieron en emergencias.
Otra misión de Cascos Blancos trabajó en el Líbano, que padece una larga y trágica guerra civil. Fue la rehabilitación de agua potable y de riego en las zonas de Baalbek-Hermel, por solicitud de las autoridades formales de ese país, y en Haití, en tareas similares, en la zona de Petit-Goâve. En Haití, Argentina fue siempre uno de los mayores aportantes de Cascos Azules y Cascos Blancos. Allí la Gendarmería Nacional, como Cascos Azules, llevó adelante tareas de enorme riesgo.
Misión reciente (2017) de Cascos Blancos en Mangundze, provincia de Gaza en Mozambique Foto: Ámbito Internacional.
Los Cascos Blancos como desarrollo del «poder blando» de Argentina
Menem, al poner en la agenda internacional la iniciativa Cascos Blancos, logró el más importante éxito de la diplomacia argentina en su historia. La Asamblea de las Naciones Unidas, por unanimidad, aprobó las Resolución 49/139B del 20 de diciembre de 1994, “Participación de voluntarios, «Cascos Blancos», en las actividades de las Naciones Unidas en la esfera del socorro humanitario, la rehabilitación y la cooperación técnica para el desarrollo”, y en agosto de 1999 la Resolución A52/171, una declaración consagratoria referida a los Cascos Blancos por la cual la realizó un inusual elogio a las más de 50 misiones realizadas hasta ese momento y proclamó a los Cascos Blancos como un extraordinario instrumento permanente de la ONU para la asistencia humanitaria, exhortando a los países del mundo a redoblar el apoyo como un aporte eficaz para las tareas propias de los conflictos.
Menem logró, además del apoyo de presidentes como Clinton, el expreso apoyo de Nelson Mandela y de Tony Blair y otros líderes mundiales, contribuyendo a aportar una herramienta útil, seria y eficaz de ayuda.
La recomendación del Secretario General de la ONU Kofi Annan a la Asamblea General sobre el apoyo a los Cascos Blancos
Dicho documento, dirigido a todos los integrantes de la Asamblea General, indicaba que “desea reafirmar su apoyo a la iniciativa Cascos Blancos enunciado en las Resoluciones 49/139B y 52/171 y que el sistema de las Naciones Unidas consolide y aproveche este mecanismo que permite atender las necesidades planteadas para las situaciones de emergencia y desastres naturales”.
Mapa de Misiones de Cascos Blancos en el Mundo, en 5 continentes.
Cascos Blancos, diciendo y haciendo
Normalmente, en la Asamblea General de las Naciones Unidas los presidentes y jefes de estado realizan un decálogo de buenas intenciones, muchas de las cuales se frustran, o no se ejecutan. La administración Menem tuvo la virtud, en el marco del sistema de las Naciones Unidas, de tomar iniciativas, ejecutarlas, como la creación de Cascos Blancos, la activa presencia de argentinos en Cascos Azules o el apoyo el mandato del Consejo de Seguridad respecto a la liberación de Kuwait. Al final, Menem podía decir que él era, como se dice popularmente, “diciendo y haciendo”.
Germán Kammerath, , político y abogado argentino.
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Fuente: Diario 26
Referencias: Cancillería Argentina, TVP – Televisión Pública, Clarín, La Nación, Web Site de Cascos Blancos