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BALONMANO: Mundial de Egipto, Dinamarca Campeón Mundial, España logró el tercer lugar

Landin le da a Dinamarca su segundo título mundial, el arquero fue decisivo en el ganador.

Dinamarca revalidó su título de campeona del mundo logrado hace dos años. En la final derrotó a Suecia por 26-24, en gran medida gracias a su portero Niklas Landin, que fue casi imbatible para los suecos durante el último cuarto de hora, al que se había llegado con un apretado 21-20.

Cuando dos equipos nórdicos -también Noruega o Islandia- se enfrentan al balonmano no hay jerarquías. Es su deporte colectivo por antonomasia. Lo disfrutan y practican desde niños, acostumbrados a ver jugar y muchas veces triunfar a sus mayores, hombres o mujeres.

Que Dinamarca fuera la campeona mundial y olímpica en ejercicio no la hacía mas favorita que Suecia, que no disputaba la final de un Mundial desde hacía 20 años, cuando se agotaba su última etapa de dominio sobre este deporte.

Se demostró en la final celebrada en El Cairo en un pabellón vacío. Frente al valor añadido que supone la presencia de Mikkel Hansen en el conjunto danés, Suecia desplegó el juego sólido y eficaz que la condujo hasta la final. Se entabló un duelo sin complejos.

Los suecos llegaron a tener dos goles de ventaja al final de la primera parte, cuando su portero Palicka le detuvo un siete metros a Hansen (10-12), pero una doble exclusión casi simultanea permitieron a los daneses empatar al descanso (13-13).

Nada cambió en la reanudación. Más bien se acrecentaron las dificultades para el campeón por los dos cambios que tenía que hacer entre defensa y ataque, que le desequilibraron en varias ocasiones y Suecia volvió a adelantarse (17-18).La entrada del joven lateral Holm fue un revulsivo para su equipo. Marcó cuatro goles seguidos en cinco minutos y le devolvió a Dinamarca la iniciativa en el marcador.

Pero fue su cambio a defensa en 5:1 y, finalmente, la eclosión de Niklas Landin lo que decantó definitivamente la final. Con el 25-23 Suecia forzó un penalti a falta de dos minutos; era su oportunidad de meter máxima presión, pero ahí el portero danés, que poco antes había recibido un tremendo balonazo en el rostro, detuvo también este lanzamiento al extremo Wanne y materialmente sentenció el título para su selección.

Uno más para Dinamarca, un equipo muy dependiente de sus dos estrellas, Hansen y Landin, pero que no deja de dar éxitos a su pueblo.

FICHA TÉCNICA

Dinamarca 26: N. Landin (Moller); M. Landin (2), Zachariassen, Saugstrup (3), Svan, Moolgaard (2), Mensah (1), Hansen (7, 1p), Olsen, Andersson (1), Oris (5), Holm (4), Gidsel (1), Hald.

Suecia 24: Palicka (Aggefors); Carlsbogard (1), Darj (1), D. Petterson (2), Wanne (5, 1p), Lagergren (4), F. Petterson (2), Claar (2), Pellas (2 p), Gottfridsson (2), Sandell (2), Chrintz (1).

Marcador cada cinco minutos: 3-3, 5-5, 7-6, 9-8, 10-12, 13-13; 15-15, 17-18, 21-20, 23-21, 25-22, 26-24.

Árbitros: Raluy y Sabroso (España).

Excluyeron a Saugstrup y Mollgaard por Dinamarca y a Darj, F. Petersson y Legargren por Suecia.

Incidencias: Final del Campeonato del Mundo masculino. Cairo Stadium, sin espectadores.


España da una última exhibición y se cuelga el bronce en el Mundial

Daniel Dujshebaev lanza por encima de la defensa francesa.

Con la ambición intacta, recuperada de cabeza y de piernas de la derrota en semifinales, la selección española se comportó como un equipo de una pieza y acaba el Mundial colgándose la medalla de bronce, la cuarta suya en esta competición, al ganar a Francia por 35-29.

Un galardón que refuerza el valor de este equipo, que sube al podio en tres de las cuatro últimas grandes competiciones del balonmano -las anteriores fueron los dos oros de los Europeos 2018 y 2020-, y le inyecta combustible para los Juegos Olímpicos del próximo verano.

La puesta en acción de los ‘Hispanos’ fue una declaración de intenciones (4-0 en cinco minutos) que les dio confianza, y a partir de ahí dominaron todo el partido con una labor colectiva encomiable, y con aportaciones colosales de Alex Dujshebaev en ataque y en la portería de Rodrigo Corrales, de nuevo ‘MVP’ de un partido.

Se necesita hambre de triunfos para no dejarse vencer por el desánimo de una derrota como la sufrida ante Dinamarca, donde quedó la impresión de que a España le faltaron dos minutos para voltear definitivamente el partido de su lado. Si ese balón estrellado en el larguero en su último ataque lo impidió, el inicio del encuentro por la tercera plaza se lo tomaron los ‘Hispanos’ como una continuación de aquella labor inconclusa dos días antes. Y las primeras intervenciones del guardameta gallego también enderezaban una faceta que falló ante los daneses.

España funcionó como una máquina perfectamente engrasada. Nadie diría que llevaba ocho partidos en dos semanas a sus espaldas. El reparto equitativo de la carga permitió conservar fuerzas para que, en conjunción con las ganas, la selección pudiera rendir casi como el primer día. El juego fluía con naturalidad y Alex Dujshebaev se convertía en un torbellino, robando balones cuando los franceses iniciaban sus posesiones. La defensa gala marcó muy bien al pivote Marchán, al que no se le pudo enviar un balón en toda la primera parte. Eso lo compensaron los ‘Hispanos’ con sus lanzamientos exteriores, donde la pareja de hermanos Dujshebaev y Entrerríos hicieron mucho daño.

Fueron situaciones opuestas a las vividas en el otro área, donde una primera línea francesa fundida, a la que Corrales detectó con su radar, buscó con insistencia a sus pivotes Fabregas y Tournat, que se convirtieron en la principal arma ofensiva.

España alcanzó una cómoda ventaja (13-8), que pudo haber sido mayor de no fallar dos lanzamientos de siete metros. Se paró la escalada en los minutos en que se le dio descanso a Alex y los franceses lo aprovecharon para aproximarse a dos tantos (14-12). Fue lo más cerca a lo que llegaron. Pero la vuelta del zurdo enderezó otra vez el rumbo y un latigazo de los suyos dejó el 16-13 al filo del descanso.Ya no volvería España a temer seriamente por el desenlace del partido. La defensa y siempre Corrales le ganaron la partida a los franceses y llegaron una ristra de goles rápidos, al contragolpe o de saque de portería, que mantuvieron el colchón.

Cuando el ataque era posicional España lo jugaba con paciencia hasta encontrar la mejor opción para rematarlo, y si no, ahí estaban Dani y Alex Dujshebaev para zanjar por vía expeditiva.Con 21-18 y en inferioridad numérica España logró un parcial de 2-0, el segundo gol en contraataque de Solé tras recuperar Cañellas un balón, señal de que la defensa carburaba a su máxima capacidad.

Ribera la dispuso en línea para dar a Alex el respiro que necesitaba para luego sembrar el pavor arriba. Sólo la incorporación del barcelonista Dika Mem, mermado físicamente, y la eficacia del extremo zurdo Descat demoraron algo lo que parecía inevitable.Con todo de cara, con la confianza de su superioridad, España reprodujo algunos de los mejores minutos de todo el Mundial. En esta segunda parte sí que se encontró al pivote y Figueras, más móvil, las aprovechó todas. No tenía respuesta Francia a la inspiración de los ‘Hispanos’, que con la medalla ya en el bolsillo siguieron perseverando, Corrales sumando hasta las 19 paradas y Alex y Daniel Dujshebaev remachando el clavo del féretro en el que España sepultó a la selección francesa.

Una victoria que enaltece el espíritu competitivo del grupo y que fue un regalo para el balonmano español de este equipo que parece no tener fecha de caducidad.

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