El fallecimiento del ex peleador argentino Juan Domingo “Martillo” Roldan, este miércoles por complicaciones derivadas del COVID-19, es una oportunidad para revisitar algunos de los pasajes más importantes de su carrera, y a ponderar su lugar en la historia del boxeo argentino.
Para conocer con exactitud el lugar que le corresponde a Martillo Roldan en la historia del boxeo argentino, Hablamos con especialistas calificados, periodistas argentinos de muchos años y sobrado prestigio en el medio boxístico.
Martillo Roldan de cara a la historia del boxeo argentino
“A Roldán le corresponde un lugar de suma preponderancia en la historia del boxeo argentino”, señaló Osvaldo Príncipi, relator de veladas pugilísticas, que actualmente trabaja en TNT Sports. “Con las alternativas de Carlos Monzón, con los tiempos de Eduardo Lausse, Martillo logró la comparación y siempre se marcó lo que le faltaba para igualar a estos boxeadores. Quizás, fue el último púgil con público propio en el Luna Park“.
La carrera de Martillo Roldan quedó marcada por los grandes rivales a los que enfrentó, principalmente gigantes como Marvin Hagler, Tommy Hearns, y quizás en menor estatura, pero también grande, Michael Nunn.
“A Juan Domingo Roldán le corresponde el lugar de los boxeadores que fueron estrellas de grandes carteleras, a los que los inscribe lo que hicieron, lo que no pudieron hacer, y con quienes pelearon”, definió Ernesto Cherquis Bialo, periodista que redacta sus detallados análisis para Infobae. “Martillo Roldán está inscripto en la historia del boxeo argentino como, probablemente, el único que en calidad de retador, peleó con tres campeones mundiales. Dos que estuvieron, están y estarán para siempre inscriptos en la historia, que fueron Marvin Hagler y Tommy Hearns. El tercero fue Michael Nunn, que tenía grandes condiciones, pero unos años antes, hubiera habido otro destino”.
Cherquis Bialo encontró paralelismos entre el recorrido de Roldán y el de Ringo Bonavena, por ejemplo. Ringo es otro grande argentino cuya carrera quedó definida, no tanto por lo que ganó, sino por la estatura de quienes enfrentó.
“Cuando hablamos de los argentinos que llegaron, Roldán llegó”, afirmó Cherquis. “Llegó de San Francisco a la Ciudad de Córdoba, llegó al Luna Park. Después, llegó a Las Vegas, con dos campeones de élite, como Hagler y Hearns, y un gran campeón mundial, como Nunn. El objetivo del ‘peoncito de tambo’ quedó ampliamente superado por la realidad. No fue ni más, ni menos, que todo lo que elaboró sobre el ring Ringo Bonavena, quien también peleó con campeones del mundo extraordinarios como Muhammad Ali, Joe Frazier, Floyd Patterson o Jimmy Ellis, y no le pudo ganar a nadie, pero está en la historia”.
Carlos Irusta, otro infaltable entre los grandes periodistas de boxeo argentino, separó en dos renglones la importancia de Martillo Roldan de cara a la historia.
“El lugar que le corresponde a Roldán es relativo”, teorizó Irusta, hoy director de la revista Ring Side. “Si uno tiene que valorizar a los campeones mundiales, Roldán no llega. Si se debe calificar por cuestiones de popularidad, estuvo entre los grandes. Fue campeón argentino, convocó multitudes en el Luna Park, tuvo tres oportunidades por el campeonato del mundo y, más allá de que perdió las tres, lo hizo frente a grandes campeones”.
La popularidad de un peleador, es algo que permanece impermeable a los números. Y quizás, en la opinión de Irusta, ahí radica parte del legado de Roldán.
“No dejó una huella como Luis Ángel Firpo, por mencionar a alguien que tampoco fue campeón del mundo, pero que fue una figura inspiradora para toda una generación que lo seguía frente al televisor”, enfatizó Irusta. “Esto es como Omar Narváez, que hizo muchísimas más defensas que Monzón, pero nunca va a poder opacarlo. Roldán, que no fue campeón del mundo, convocó mucha más gente que algunos campeones del mundo. A veces, tampoco es que los títulos mundiales certifican un lugar importante en la historia, salvo cuando el eje de la lista es ser campeón del mundo”.
Leo Benatar parece ir en la misma dirección al poner sobre la mesa la importancia de Martillo Roldán de cara al aficionado argentino.
“Martillo siempre tuvo un reconocimiento fantástico”, dijo Benatar, comentarista de DirecTV Sports y TNT Sports. “Es más reconocido él sin haber sido campeón mundial, que muchos otros que fueron campeones mundiales. Simplemente, porque en la década de los 80 fue el gran animador del boxeo argentino, porque era un tipo muy humilde, de campo”.
Roldán conectó con el público por su origen, y personalidad, pero también por su estilo.
“Martillo Roldan fue un boxeador que, si bien técnicamente no era un virtuoso, era un pegador explosivo”, describió Benatar. “A la gente le gustan los boxeadores de un solo tiro. Logró ganarse ese lugar arriba del ring, sin necesidad de hacer nada abajo como para sumar”.
Es una mezcla de varios factores lo que proyecta la importancia de Roldán en la historia, más allá de nunca haber sido campeón del mundo.
“Roldán entró a la historia del boxeo argentino por muchas razones”, remarcó Marcelo Domínguez, boxeador retirado y panelista de ADN Boxeo. “Por haber enfrentado a grandes campeones, por su inmensa y terrible pegada, porque era una persona que daba espectáculos, y que se le plantaba de igual a igual a cualquier número uno, en su propia casa”.
Sus peleas con Marvin Hagler y Tommy Hearns
Dos peleas deslindaron la carrera de Martillo Roldan. Primero, contra Marvin Hagler el 30 de marzo de 1984. Y luego, contra Tommy Hearns, el 29 de octubre de 1987.
“Su pelea contra Marvin Hagler tuvo una connotación histórica fascinante”, calificó Osvaldo Príncipi, a la contienda entre el cordobés y la estrella estadounidense. “Solamente la supera la consecuencia de Firpo y Jack Dempsey, quizás la de Monzón contra Nino Benvenuti, o todo el panorama de Bonavena–Ali“.
Para Príncipi, las grandes veladas de Roldán están entre lo mejor de la historia argentina, sobre todo por la resonancia internacional que alcanzaron.
“Los choques de Martillo contra Hagler y Tommy Hearns, en idoneidad, en cuerpo y en volumen, hasta superaron los de Marcos Maidana con Floyd Mayweather, y el popular de Maravilla Martínez con Julio César Chávez Jr, o contra Martin Murray”, relató una de las inconfundibles voces del box. Tuvo una connotación que no solo le dio relieve en Argentina, sino en todo Estados Unidos, sobre todo en Las Vegas”.
En el primer round de la pelea contra Marvin Hagler, Roldán logró enviarlo por primera y única vez a la lona en su carrera. Fue un instante, un sueño fugaz, un parpadeo de la historia.
“En la pelea con Marvin Hagler, Roldán pudo pasar a la historia”, contó Ernesto Cherquis Bialo. “En el primer round, Martillo le hizo sentir la mano como nadie le había hecho sentir el golpe a Hagler. Los grandes campeones, cuando sufren el golpe, apuran la pelea. Marvin Hagler se valió de un dedazo, de un pulgar en el ojo, que le impidió a Roldán la vista directa y la periférica del lado izquierdo. Todo lo que podía hacer Martillo Roldan, era girar hacia el único ojo que tenía disponible, por lo que salía permanentemente sobre la mano de apertura de Hagler, que era zurdo”.
La limitada visibilidad que le quedaba a Roldán le nubló también el camino a la gloria.
“En el décimo round, la pelea se hizo imposible”, sostuvo Cherquis Bialo. “Las condiciones físicas no lo permitían. Hoy, un médico hubiera parado la pelea en el quinto round, porque Roldán tenía el ojo derecho completamente cerrado, con congestión, hematoma y peligro de pérdida de la vista. Hizo un buen papel, un papel lógico. Fue a buscar una mano, la halló en el primer round, la intentó a pesar de la inferioridad y no la consiguió en el resto del combate, porque peleó con un gran campeón. A partir de esa pelea, se cambió la anatomía de los guantes. Desde ese dedazo de Hagler a Roldán en el tercer round, el pulgar se adhiere al resto del cuerpo del guante, de manera que no se desprende”.
“Roldán contra Hagler fue una gran pelea”, adjetivó Carlos Irusta. “Martillo reconoció después que se dejó caer. No pudo luchar contra la adversidad de un ojo cerrado. Hizo una buena pelea, pero se encontró con un gran campeón. A la hora de hacer el gran esfuerzo, como le pidió Tito Lecture por lo que había hecho Víctor Galíndez, Roldán no tuvo eso. No todos son iguales, no todos pueden dar lo mismo, él llegó hasta ahí. La importancia fue que paralizó el país, en su momento y, aunque la mayoría sabía perfectamente que no le podía ganar a Hagler, se sabe que con un noqueador nunca está todo dicho. De hecho, lo tiró en el primer round”.
Leo Benatar coincidió en que aquella noche de Martillo Roldan contra Hagler, a pesar de la derrota, fue de las grandes jornadas para el boxeo argentino.
“Su presentación con Marvin Hagler en Las Vegas fue muy valiosa”, refirió Leo Benatar al cruce entre el nacido en Freyre y Marvelous. “Martillo hizo una gran pelea, pese a perder en el décimo asalto, y Hagler hizo absolutamente todo lo que hay que hacer cuando un boxeador quiere conservar su corona mundial. Roldán le propinó la única caída en el profesionalismo que tiene Hagler, quien siempre dijo que había sido un resbalón, pero hubo cuenta de protección, así que la caída es oficial”.
El Toro Domínguez se mostró de acuerdo con dicha definición
“El valor que le damos a la pelea con Hagler, es el que se debe”, sentenció Domínguez. “Peleó con el número 1 libra por libra de ese momento, en su casa, e hizo un papel muy bueno. La guapeó con un ojo cerrado, ante un inmenso campeón como era Hagler, y se dio hasta el lujo de hacer que le contaran”.
Pero aquella, no fue la única noche en que Roldán desafió a un gigante. En 1987, le tocaría el turno a Tommy Hearns.
“La pelea con Hagler fue un gran acontecimiento, un gran evento, pero tampoco hay que olvidarse de la presentación con Tommy Hearns, la segunda chance mundialista que tuvo Roldán“, aseguró Leo Benatar. “La previa fue realmente extraordinaria. Ambos hicieron una gira de ocho días por los Estados Unidos, en la que visitaron dos ciudades por día en un avión privado, algo que la pelea pagó con creces, a pesar de que Martillo desobedeció todas las órdenes del rincón. Me confesó que, en ese momento, se le cruzaron todos los fantasmas por la cabeza, porque venía de una situación familiar bastante compleja, y me dijo que pensó cosas que no debería haber pensado nunca”.
Martillo Roldan, campeón sin corona
Juan Domingo Roldán vivió en una época de gigantes. Por eso mismo, nunca pudo colocarse la corona de campeón mundial.
“Nunca fue campeón mundial porque era muy difícil consagrarse ante un número uno del momento, y eso no lo hizo nadie en el boxeo argentino”, enunció Osvaldo Príncipi sobre la carrera del campeón sin corona. “Martillo tuvo durante seis minutos a Hagler en un desborde y un vapuleo, como muy pocos boxeadores lo tuvieron, con aquella caída -anecdótica o no, pero caída al fin- del primer asalto. Ante Hearns tuvo una pelea veloz, y aguantó cuatro rounds de cañoneo, pero con 30 segundos en el tercer asalto, en los que le faltó un centímetro para la consagración”.
Para Príncipi, el encanto de Martillo Roldan radica en que salió desde el campo hasta las grandes noches bajo los reflectores de Las Vegas.
“Es muy difícil encontrar en la historia un argentino que haya tenido campeones en frente, y haya actuado de retador (de calidad), como él lo hizo ante Hagler y Hearns“, insistió Príncipi. “Fue un boxeador de elite, y fue un orgullo. 50 por ciento del boxeo, y 50 por ciento de su educación campestre. Quizás haya sido el atleta rural de mejor imagen, de mejor ejemplo, y más alcance a la hora de la tentación con la conquista mundial. Un atleta de excepción, quizás no valorado por la exigencia del momento, en donde solo valía ser campeón del mundo. Pero el tiempo, solo el tiempo y el paso de los años, ubican a los hombres en su lugar, y Martillo ha sido ubicado”.
Roldan se desempeñó en una época, y en una división que marcó para siempre a la historia del boxeo mundial. Su tiempo y su momento fueron sus grandes enemigos, y a la vez, sus grandes aliados.
“La vida, entre otras definiciones, es azar, determinación y destino”, afianzó Ernesto Cherquis Bialo. “A unos, la vida en el boxeo los pone frente a ciertos rivales. Para otros, les tocan adversarios que conforman una generación extraordinariamente irrepetible. A Martillo le tocó Marvin Hagler, Tommy Hearns, podría haber peleado con Manos de Piedra Durán, y esto coincidió con la época en la que Sugar Ray Leonard estaba en recuperación por un desprendimiento de retina. Si hubiera estado disponible, Martillo podría haber peleado con todos ellos”.
Además de la época en la que le tocó vivir, para Cherquis Bialo hay otros factores que intervinieron para que Roldan no se consagrara como campeón mundial.
“Roldan no era un boxeador de alma. No necesitaba la oportunidad del boxeo para comer, no era un chico de la calle, no era un marginal. No había sido objeto de reformatorios o comisarías juveniles”, reseñó Cherquis. “Martillo era un obrero del campo, bien alimentado, para el que el boxeo empezó como un divertimento, y nunca tuvo el plus necesario para llegar a sobreponerse a las adversidades. Siempre fue lógico: indigno en la pelea con Michael Nunn a la que fue por la plata; dignísimo en la pelea con Marvin Hagler; y desobediente en la pelea con Tommy Hearns, porque hizo tácticamente todo lo contrario a lo que se le ordenó”.
Para Carlos Irusta, lisa y llanamente, Roldán no nació para ser campeón.
“Nunca fue campeón del mundo, simplemente, porque le tocó perder”, simplificó Irusta. “Le tocaron dos figuras como Hagler y Hearns, muy importantes. Michael Nunn también lo fue, pero Martillo peleó sin ninguna convicción ante él. Hace años escribí en El Gráfico que Roldán no nació para campeón. Tuvo una pegada formidable, una gran atracción con el público, y oportunidades importantes pero, cuando llegaba el momento de la verdad, algo faltaba. A Hearns lo tuvo casi noqueado, y no logró definirlo”.
Pese a todo ello, Roldán habría sido campeón en casi cualquier otra época, según Leo Benatar.
“No fue campeón porque, en el momento más importante de su carrera, se encontró con la cumbre de dos monstruos como Marvin Hagler y Tommy Hearns“, comentó Benatar. “Hoy, Martillo hubiera sido campeón mundial, sin ninguna duda. A veces pasa en el boxeo que el mejor momento de algunos boxeadores toca cuando no es el momento. Le tocó enfrentarse con dos mega estrellas del boxeo, como Hagler y Hearns. Su tercera pelea por el título, con Michael Nunn, Roldán estaba cerca del retiro. De hecho, fue su última pelea. Nunn fue un gran campeón, pero no estaba a la altura de los otros dos. En otro momento, Martillo podría haberle ganado, pero no en ese, con el declive de su campaña”.
Martillo Roldan fue lo que fue: no campeón, pero sí un ídolo argentino, que no siempre es lo mismo.
“No fue campeón del mundo, porque estuvo parado en una época con grandes campeones, tampoco lo acompañó la suerte”, opinó Domínguez. “Hay dos filas de boxeadores en Argentina: los campeones, y los que pudieron ser campeones pero se quedaron en la puerta, aunque algunos tienen la misma idolatría, como Roldán“.
Con victorias, derrotas y empates en su récord profesional, Martillo Roldán es una parte fundamental de la historia del boxeo argentino.
Roldán y la inspiración en Marcelo Domínguez
“Me significa gratos recuerdos de chico. Recuerdo haberlo visto con mi papá, que fue un pilar acompañándome como boxeador”, manifestó con emoción quien supo ser monarca del Consejo Mundial de Boxeo en peso crucero.
“Siempre fue mi fiel compañero, y obviamente que, cada vez que me acuerdo de mi viejo, me acuerdo de las peleas y de cuando nos sentábamos a ver a Roldan, y a muchos argentinos más. Justo nació en la época de Roldan lo de sentarnos a ver boxeo juntos, y eso me marcó. El hecho de poder ver con mi papá y recordar todo esto, hoy hace que, cada vez que recuerde a mi viejo, también recuerde a Roldan. Me une eso, porque hoy mi viejo tampoco está. Me trae ese sentimiento”.
Fuente: Izquierdazo