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Grieta en la Iglesia por unión civil homosexual

Ningún comentario del Vaticano sobre las palabras del Papa.

CIUDAD DEL VATICANO, La posición del Papa a favor de las uniones civiles para parejas homosexuales produce una grieta en el seno de la Iglesia: por un lado, los obispos más cercanos a la nueva Iglesia diseñada por Jorge Mario Bergoglio que sale al encuentro de todos, aplaudieron la apertura, mientras, por el otro, el de los tradicionalistas, que hablan de «confusión y desorientación» de los católicos.
Una de las personas más cercanas al Papa Francisco, el padre Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, intervino para aclarar que «el Papa habla de un derecho a la protección legal de las parejas homosexuales pero sin afectar en modo alguno a la Doctrina».
Derechos y protección de la dignidad de la persona, por un lado, y, por otro lado, el matrimonio sobre el que el pontífice ha reiterado que no puede confundirse con otros tipos de unión.
Por su parte, el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, monseñor Vincenzo Paglia, dijo: «La familia permite la articulación estable de dos tipos de relación: sexual (hombre-mujer) y generacional (padre-hijo). La familia, en un mundo donde la elección es siempre y sólo provisional, es en todo caso el lugar de fuertes relaciones que repercuten profundamente en la vida de los miembros individuales». En cambio, el Vaticano optó por no comentar la noticia, evitando comunicados de de la sala de prensa, mientras los portales de la Santa Sede hicieron silencio sobre el evento de esta mañana que vio, en los Jardines Vaticanos, la asignación a la docu-película «Francisco» (en la que el Papa pronuncia las palabras que recorrieron el mundo) y su director Evgeny Afineevsky, del Premio Kinéo, otorgado a quienes promueven temas sociales y humanitarios.
Entre los obispos que saludaron las palabras del Papa se encuentra el arzobispo de Dublín, monseñor Diarmuid Martin: «Nuestra actitud -sostuvo en una entrevista radial- debe cambiar. También hay fuertes tendencias homofóbicas en los líderes de la Iglesia. El Papa abre las puertas» a una forma diferente de afrontar ese tema.
En el otro frente, se encuentran los eclesiásticos, quienes durante mucho tiempo han sido abiertamente enemigos del Papa argentino, desde el cardenal estadounidense Raymond Burke, hasta el ex nuncio en Estados Unidos, Carlo Maria Viganò.
El cardenal Burke expresó «tristeza y preocupación» por «la confusión y el error que las palabras del Papa provocan entre los fieles católicos, así como el escándalo que provocan, en general, dando la impresión completamente falsa de que la Iglesia Católica ha tenido un cambio de rumbo, es decir, que ha cambiado su enseñanza».
«No hace falta ser teólogo o moralista para saber que estas declaraciones – subrayó, por su lado, Viganò, quien en el pasado pidió la dimisión del Papa- son totalmente heterodoxas y constituyen un motivo de escándalo muy grave para los fieles.
Esas palabras constituyen una provocación más, con la cual la parte ultraprogresista de la Jerarquía intenta suscitar un cisma».
Los tradicionalistas «básicos», en cambio, usaron métodos más pesados al inundar Twitter con fotos de la Plaza de San Pedro con el título #SodomaEGomorra, durante varias horas hoy.
El hashtags fue tendencia.

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