Sociedad y Cultura

Así sería la primera ciudad de Marte según un proyecto catalán

«Bienvenidos a Nüwa, capital de Marte. Los colonos en Marte vivirían aquí y en otras cuatro ciudades verticales integradas en uno de los cientos de acantilados del planeta, que proporcionan protección contra la radiación, pero también exposición a la luz solar». 

Así comienza el texto elaborado por un grupo de investigadores catalanes del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) quienes, a través del proyecto The Sustainable Offworld Network (SONet), han ideado una ciudad habitable para un millón de ciudadanos en el planeta rojo y además, de manera sostenible.

SONet ha sido seleccionada como una de las diez propuestas finalistas entre las más de 175 presentadas en una competición contra contrincantes de varios países. El concurso, que se centra en el desarrollo de una ciudad de un millón de habitantes en Marte de forma sostenible, fue promovido por la Mars Society, la organización de defensa espacial más grande e influyente del mundo dedicada a la exploración humana y el asentamiento del planeta Marte
«Al saber que éramos uno de los seleccionamos pensamos que el esfuerzo había valido la pena. La mayoría somos profesionales y académicos y sabíamos que habíamos preparado con unos estándares altos, pero era la primera aventura como equipo. Eso nos dio un gran impulso y validación para continuar», narra a Sputnik el coordinador del equipo Guillem Anglada-Escudé.
Los investigadores fundaron en su imaginario una ciudad llamada Nüwa en honor a la diosa china que creó a la humanidad. Además, esta diosa utilizaba cinco piedras para proteger los cielos y Nüwa, en el proyecto, también cuenta con cinco centros urbanos. Su ciudad contiene todos los aspectos de la vida humana: desde el asentamiento, la arquitectura y los soportes vitales hasta el arte, la economía y el sistema político.

«Desde el punto de vista de un arquitecto del mundo real, diseñar un desarrollo urbano funcional, trabajando con las restricciones de un mundo desconocido para nosotros, fue al mismo tiempo una experiencia alucinante y extremadamente enriquecedora», declaró Alfredo Muñoz, cofundador del estudio ABIBOO y líder del equipo de desarrollo arquitectónico. «Estamos muy ilusionados en seguir evolucionando este primer diseño, y también en identificar nuevas soluciones radicales que funcionarán también en la Tierra».
La propuesta está formada por más de 30 investigadores y está liderada por investigadores catalanes, aunque participantes de otros países como Reino Unido, Estados Unidos, Argentina y Alemania, también son parte del equipo. Elaboraron un informe de 20 páginas con un diseño conceptual que combina una amplia gama de aspectos, desde la exploración espacial hasta la sostenibilidad. Asimismo, el grupo contó con la presencia femenina de relevantes investigadoras como Gisela Detrell, de la Universidad de Stuttgart, y Laia Ribas, del Instituto de Ciencias del Mar.

Tal y como explica su coordinador, de los 30 integrantes del equipo, diez tomaron la parte más activa y el resto contribuyeron en los debates y proporcionaron feedback en temas específicos. «Consideramos que, en este tipo de ejercicios en los que necesariamente la sociedad tiene que interesarse y contribuir colectivamente, debe haber cierta diversidad de opiniones también en el grupo de trabajo. No por ser bióloga, por ejemplo, no tiene por qué tener opiniones sobre cómo y qué recursos hay que extraer o cómo organizar la economía local».
Sputnik no ha podido evitar preguntarles por una cuestión que lleva intrigando a la sociedad desde hace siglos: la existencia de vida en Marte. Anglada-Escudé, coordinador de SONet, ha trabajado en temas relacionados antes de exponer este proyecto. Él considera que puede que hubiera vida (simple) y que aún quede en el subsuelo, pero en cualquier caso «no es tan frugal como la terrestre», pues la evidencia en la superficie sería mucho más obvia. «Cómo se originó esa hipotética vida es una de las preguntas fundamentales que nos gustaría esclarecer, ya que tiene relevancia sobre cuán único y precioso es nuestro mundo», asegura.

El proyecto buscará ahora a la industria, los académicos y diferentes socios privados para dar pasos más allá y convertir la ciudad marciana en una opción factible para un futuro establecimiento humano en el planeta rojo.

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«En un esfuerzo tan grande, la cooperación entre expertos en muchas áreas diferentes es necesaria», explica Miquel Sureda, profesor de ingeniería aeronáutica en la ESEIAAT-UPC. «El éxito del proyecto de Nüwa en el concurso del Mars Society puede ayudar a SONet a ganar visibilidad y atraer miembros y recursos».
La propuesta de SONet fue defendida en la gala final el 17 de octubre y aunque no pudieron llevarse los 10.000 dólares del primer premio, su galardón ha sido otro: «No vamos a concursar para ganar, sino para intentar convencer que, el tema de la sostenibilidad y el factor humano como elemento central del diseño, son más importantes que ciertos aspectos técnicos», concluye Guillem.

El proyecto ha sido liderado por investigadores del IEEC del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE, CSIC), la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universitat de Barcelona (ICCUB), junto con otros centros de investigación de toda España, incluido el Instituto de Ciencias del Mar (ICM, CSIC).

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