La Unión Europea adoptó el martes un sistema de “semáforo” para guiar a los Estados miembros sobre el requerimiento de pruebas de COVID-19 o de cuarentenas para los viajeros no esenciales dentro del bloque, como los turistas.
Una reunión de los ministros de Asuntos Europeos aprobó la propuesta, que tiene por objetivo poner fin a un confuso mosaico de restricciones y restablecer la libre circulación -un principio muy apreciado en el bloque de los 27 miembros- cuando las condiciones lo permitan.
Con el aumento de los casos en toda Europa, actualmente sólo unas pocas zonas reunirían los requisitos para tener la luz “verde” -de menor riesgo- que permitiría viajar sin restricciones. Entre ellas figuran la mayor parte de Alemania oriental, partes de los países nórdicos y bálticos, algunas zonas de Bulgaria y Grecia, y una zona de Italia.
Se alentará a los países de la Unión Europea a que apliquen medidas “proporcionadas” para las zonas naranja -de riesgo medio- y roja -de riesgo alto-, que podrían incluir una cuarentena o bien una prueba, pero no la prohibición absoluta a la entrada de personas.
Las 27 naciones deberán suministrar datos al Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades sobre el número de nuevos casos por cada 100.000 personas en los últimos 14 días, además del número de pruebas y el porcentaje de pruebas positivas en la última semana. Este organismo creará entonces un mapa codificado por colores.
Aunque cada país de la Unión Europea es libre de determinar sus propias medidas, se les insta a que sean coherentes. “Acogemos con beneplácito este acuerdo para poner más orden en una situación actualmente confusa”, dijo la Comisión Europea en un comunicado.